Que mas pue… / Carlos Coutiño

Mitomanía electoral

Los partidos políticos en Chiapas ya hicieron sus enroques para presentar a quienes irán a la contienda. Algunos los pusieron para ganar, otros para perder; en el segundo caso van a perder para en realidad ganar y también para para obtener votos donde no esperan ningún solo sufragio.

         En Tuxtla Gutiérrez quien se impondrá será el Partido Acción Nacional (PAN) con la figura de Emilio Salazar Farías, político y empresario en Chiapas, quien ha trabajado desde muchos años en el terreno de la educación, inversiones, dueño de muchos negocios y pese a ello, suele tener buena aceptación de la sociedad.

         Para las diputaciones quien colocará sus alfiles es el Partido Revolucionario Institucional (PRI), una agrupación a la que le conviene más el Congreso que la presidenta de Tuxtla, una administración que está por los suelos y que nadie ha querido componer por ser casi imposible.

         Por las diputaciones van con Manuel Sobrino Durán, quien como abogado cumple con el perfil para ese papel; la otra está en un «volado» entre Carlos Arturo Penagos Vargas por el PVEM o a alguien más.

         Es de mencionar que algunos de los candidatos uninominales también serán plurinominales para el Congreso local, de tal suerte que están garantizando su llegada a cualquier costo; dicho sea de paso, no es exclusivo de un partido, sino de todos, ya que quienes están apareciendo saben cómo hacer para ganar.

         El presidente del PRI en Chiapas se quedó con las ganas de poner a su esposa en el Congreso local y volverá a repetir color y número en la nueva administración municipal, por lo que hasta ahí llegaron, aunque su paso por el Ayuntamiento fue gris.

         Hay que decir que los partidos PRI, PAN y PRD ya acordaron qué ganar y qué perder. El sondeo para ver qué dice la militancia es una burla, todo está decidido y todo está listo para lleguen sólo los que son parte de la cúpula, el resto quedará fuera y habrá servido para simular democracia.

         El que peligra porque no está bien con el poder es Aquiles Aguilar, a quien le pusieron todo para perder pese al dinero que se tiene para la compra de votos en esa zona, donde también el narco tiene presencia y decide, sumado a los grupos armados que piden una cuota de poder para dar votos y mantener la tranquilidad.

         El camino está dado, sólo hay que recordar que quien da el voto no tiene el poder, el poder lo tiene quien cuenta el voto, así que sólo hay que esperar tiempos para que se den las acciones en beneficio de ellos los que están en los partidos políticos y de quienes pusieron a los candidatos a la elección popular.

         Chiapas sin duda será Morena con algunos lunares de color verde, otros más azules y tricolores, así como amarillos en donde nadie le importa ganar. Los ayuntamientos estarán pintados como el arco iris, pues los nuevos partidos locales y nacional también tendrán espacios, pero es pan con lo mismo.

SCLC

Gobiernos pasados implementaron acciones para el «canje de armas», a fin de mantener la paz y tranquilidad en los pueblos; incluso se habló de evitar que ciudadanos pudieran defenderse privando de la vida a quienes intentaran atacarlos dentro y fuera de sus hogares.

         La idea como tal parecía muy buena, el problema que lejos de ser real, solo sirvió para conocer en que municipios de Chiapas hay mayor cantidad de armamento y caer en una de las tantas mentiras oficiales.

         Tan es así que las armas que fueron entregadas por los ciudadanos eran en su mayoría del siglo pasado, otras más inservibles, incluso una granada de fragmentación. Todas ellas fueron entregadas y destruidos por el Ejército.

         Después de varios recorridos por municipios chiapanecos con este programa, hoy en el 2021 vemos como San Cristóbal de las Casas tiene más armas que todas las policías municipales de Chiapas, mientras un guardián del orden cuenta con tolete y algunos con pistolas, los indígenas que radican en este municipio muestran las cuernos de chivo.

         En San Juan Chamula las granadas y AK 47; en Tuxtla Gutiérrez, el que menos tiene es una pistola que le sirve para asaltar y matar a quien defiende su pequeño patrimonio, desde la cartera o celular.

         Pero San Cristóbal de las Casas se ha responsabilizado a la presidenta municipal Gerónima Toledo Villalobos de proteger a los indígenas de choque, a los motonetos que asaltan y matan en las calles; de tal suerte que no hay paz en este municipio.

         Más allá de que la ciudadanía ha señalado al ayuntamiento de protección a los grupos armados, hay que ver de dónde provienen las armas. Algunos dicen que se introducen por Guatemala, otros más que vienen de Estados Unidos y hasta de Europa, concretamente de Alemania.

         De los 123 municipios, es claro que hay armas en por lo menos cien, con la presencia de grupos armados, poniendo al margen al EZLN que está desde antes del 94 en prácticas constantes.

         A la preocupación por la presencia de paramilitares o guardias blancas, se suma la de grupos delincuenciales que han hecho de todo para apoderarse de las municipalidades como San Cristóbal de las Casas, que pasó de ser una ciudad digna, turística, capital de la cultura y de inversión, en una ciudad de miedo y constantes muertes.

         No es Toledo Villalobos quien provoca violencia, pero la alienta con su indiferencia y minimiza los hechos que a diario se conocen a través de las redes sociales, provocando en todo momento que los empresarios decidan invertir en otros lados y al turismo pensar dos veces si llega o no. Chiapas es una entidad bella en todos los sentidos, pero la desintegración social ha llevado al traste todo.

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