Que mas pue… / Carlos Coutiño

Niños desaparecidos

Uno de los fenómenos sociales que se ha presentado en Chiapas es la desaparición de niños y adolescentes, de acuerdo a los datos oficiales un porcentaje mínimo son robados para la explotación laboral y sexual, otro sector al contexto del narcotráfico según lo dado a conocer por la propia ONU.

         En Chiapas como en todo el país hay una diversidad de factores que provocan que los niños y adolescentes tiendan a desaparecer, dos de ellas que son las más graves es en segundo lugar que ellas optan por irse con algún joven que les ha prometido amor incondicional y eterno.

         El primer lugar de la desaparición de estos, es la mala relación entre los padres, que va de padre a madre, de padres a hijos y de todos contra todos; eso hace que los fenómenos sociales como la violencia intrafamiliar, hacinamiento, alcoholismo, drogadicción, entre otros esté provocando el ausentismo de los hijos.

         Aunque pareciera irrisorio, esto es entre comillas bueno, ya que no han sido robados o secuestrados, por lo tanto el problema tiene que ser atendido de una manera distinta, el trato que se tiene que tomar es desde una perspectiva transversal en la misma familia, la que da origen a la sociedad.

         Según esta juventud, ha reconocido en el 80 por ciento de los casos que deciden irse de su casa porque no soportan la forma de vida que tienen, a veces los padres separados provocan que ellos se sientan culpables, otros más indican que los regaños no son adecuados y que no merecen una vida así.

         Lo que es una realidad, es este hecho de que la mayoría aparece y está en la casa de una amiga, un familiar, viviendo en la calle, hay quienes ya lo hacen viviendo en otro municipio de Chiapas y hasta en otro estado.

         Lo que se observa es el hecho de no tener una calidad de vida, la mayoría de estas personas oscilan entre los 12 a 17 años, aunque rara vez se encuentran casos de 8 años y en otros de 19, pero ahí están en este proceso de discernir qué es lo que quieren como personas.

         Otro factor es que el 85 por ciento de estos casos se encuentran en zonas indígenas, rurales y en cuanto a las ciudades en familias de clase media y media alta, lo que deja en claro que no es cuestión de economía sino de integridad, respeto, comprensión, cariño, amor y unidad familiar.

         Por lo tanto, aunque muchos de ellos regresan a sus hogares, nuevamente se salen porque no hay cambios de estilos, por el contrario, esa discrepancia crece y en otros casos algunos de ellos terminan por quitarse la vida de cualquier forma, el primer punto es ahorcándose, seguido de la ingesta de veneno y en tercera cortándose las venas, aunque este último es mínimo.

         Entonces ¿qué hay que hacer para cambiar esta realidad?, sin duda alguna todo, pero no son a través de políticas públicas, sino de generar conciencia social y que los padres entiendan que, aunque no nacen sabiendo ser padres, tampoco significa que no entiendan que es la maternidad y paternidad.

Mujeres

Esta fecha no es solo para recordar los feminicidios, tampoco para agredir a cualquier infraestructura y lanzar consignas en contra del hombre por ser hombre, es un buen momento para ejemplificar el papel de cientos de mujeres y miles que han sido ejemplo en el caso de Chiapas.

         La primera mujer diputada fue Florinda Lazos León, auténtica mujer chiapaneca, junto a ellas han legislado decenas que han puesto no el nombre de la mujer en alto, sino al de Chiapas, luchado con ahínco sobre lo que ellas presentan en sus iniciativas.

         En la lucha en el primer caso a la llegada de los españoles a tierras hoy de Chiapas, encontraron que una fue la que gobernaba el territorio de los indios Chiapa, fue ella la que provocó un conflicto con los extranjeros y causó un problema mayúsculo para evitar la colonización del pueblo.

         En cuanto a espacios públicos y vaya que municipios sin duda, el de Jitotol que fue gobernada por Leopoldina Escobar Balcázar de 1973 a 1976, ella emana del único partido que era el PRI, Adi Maribel Hernández Aguilar en Rayón también por ese partido de 1982 a 1985, y Tila América Pinto de 1980 a 1982.

         Esta última en un enfrentamiento directo con la Iglesia Católica y que permitió dijo la munícipe no manipular y no provocar a nadie para lo que hoy se conoce como base del Ejército Zapatista, mujeres que no aparecen ni se reconocen en la historia, porque en Chiapas no hay memoria para ello.

         Pero sí para señalar al calificativo de machismo, de violador y de asesinos, que si bien es cierto existe, no implica una generalidad y que si alguien vota por ellas son los hombres, porque en esos tiempos las mujeres decían no salir por factores múltiples, entre ellos el que no les parecía correcto el votar por quienes no querían.

         Sumemos también a Maricela López Pérez de 1978 a 1980 como comisariada ejidal de Carmen Zacatal y que hizo más que cualquier otro en su lugar, no es una cuestión de genero sino de voluntad y decisión por el servicio a la comunidad, no son las naguas ni los calzones que hacen que una persona sea buena o mala, sino la capacidad para enfrentar cualquier eventualidad.

         También en 1991 a 1994 en Bochil llegó Berty Orantes Zenteno, pero no son los hombres que las olvidan, sino los grupos de mujeres que hoy piden espacios como si nunca se hubiera tenido, incluso en el gobierno del estado han desfilado un sinfín de señoras con una calidad humana excepcional, desde la Secretaría de Gobierno hasta cualquier instituto.

         Cuantas indígenas han sobresalido y de manera callada siguen aún a pesar de su edad, basta recorrer las filas del EZLN, partidos políticos, gobiernos de usos y costumbres, sindicalizadas, mujeres de mucho valor que hoy han dado a Chiapas lo que es, incluso desde la ciencia y la religión.

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