Tubo de ensayo / Rene Delios

Las redes sociales hacen parecer que somos un país politizado y que se da una discusión extensa sobre los grandes temas nacionales, o estatales o municipales en su caso, y parece atractivo, pero finalmente los ciudadanos no acuden a las urnas a sufragar por su favorito, y resulta un ganador con voto minoritario ante el grueso del listado nominal, y el asunto vuelve a ser tomado en las redes sociales y sube de intensidad sin que en realidad genere cambio alguno.
Si estuviéramos politizados como dicen o sostienen muchos, hubiera democracia.
Así de contundente.
Y es que no hay credibilidad en la ciudadanía, ni en partidos ni en gobiernos; el interés personalizado se ha politizado y las corrientes políticas con los intereses muy diversos de sectores económicos, se cruzan y anteponen a la democracia buscada.
Es más, no acaban de pasar las elecciones federales intermedias, y ya se están barajeando nombres para la sucesión de 2018, y desde luego, suenan fuerte al menos dos por el momento, aunque algunos han ingresado a un tercero en el ánimo aventurero del ya gobernador electo e independiente de Nuevo León, el llamado «Bronco», un ex priista también, como ha sido la tendencia en los últimos años, que incluye a los dos anteriores de Chiapas, al actual gobernador de Tabasco, el que pidió licencia en Guerrero, y así un listado grande en senadurías, diputaciones federales y locales y ni se diga de alcaldes.
Y los listados están ahí, de referencia y, desde luego, consecuencia.
El caso es de que ya, desde ahora, se menciona a Manlio Flavio Beltrones por el PRI –a Miguel Angel Osorio Chong, se le fue con el Chapo-, obviamente a Andrés Manuel López Obrador por Morena –al que ya hostigó el presidente en su mensaje reciente y sin mencionarlo, al cuestionar al populismo como opción de cambio-, y Miguel Angel Mancera, por el PRD, cuyos bonos bajaron mucho y lo mencionan incluso en la candidatura independiente, agregando al llamado Bronco, que estará en funciones para la fecha electoral federal.
El caso es que la lista de los nombres va a incrementarse trascurriendo éstos dos años y medio en una sucesión que no va a ser democrática ni en la contienda interna de los partidos.
Actualmente quedaron ocho partidos políticos con registro, y desde luego varios de ellos buscarán o ya tienen alianzas practicadas, sea con el PRI, PRD o PAN.
Ya quedó atrás eso de que en los partidos esperaban con prudencia los tiempos de la contienda y era hasta unos pocos meses antes de los pronunciamientos, en que se permitía que se mencionaran nombres.
Igual en los estados, distritos, municipios; era regla institucional en todos los partidos.
Hoy eso no importa, aun lo prohíba la ley -se vio en Chiapas- y en el ámbito nacional no motivó suspensión de campañas, solo sanciones económicas.
Eso sí, millonarias.
Lo vemos ya en el laboratorio político que será 2016, y las doce gubernaturas en juego –Aguascalientes, Zacatecas, Sinaloa, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Tamaulipas, Tlaxcala, Quintana Roo, Hidalgo, Durango y Chihuahua-, incluyendo diez congresos estatales y 747 alcaldías; los adelantados ya son más que visibles en un total descaro o desacato a la ley.

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