Tubo de ensayo / Rene Delios

Imagino que es el presupuesto para todo el año; hay una inversión de 330 millones de pesos, del Gobierno de Chiapas y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos indígenas para obras y proyectos en pueblos indígenas.
Se habla de que Chiapas en éste año, no mereció reducción presupuestal, y al final pues se vio beneficiado con mil millones más con relación al año pasado.
El punto es que el mandatario chiapaneco y la directora del CDI Manuel Velasco Coello y Nuvia Mayorga Delgado, respectivamente, firmaron un acuerdo de Coordinación del Programa de Infraestructura Indígena 2017.
En lo personal lo sigo viendo como paternalismo puro, y debe acabar, pero al parecer no hay de otra.
El punto es que la directora Mayorga Delgado señala que la política en Chiapas desde su oficina, busca promover y ejecutar acciones para contribuir al abatimiento del rezago en materia de infraestructura básica como electrificación, agua potable, drenaje y saneamiento, así como la ejecución de diversos proyectos en beneficio de la población.
Y es en esto último en dónde me salta el asunto.
Esos programas directos a la población son paternalistas, no permiten que cada cual se destaque por su esfuerzo. Y eso es fácil de ubicar pero lo deslizan; se le dan recursos por el solo hecho de que la política indigenista así está y se aplica aun sea dinero federal y de los mexicanos que en cada entidad y cada años, se hecha a saco roto.
¿O no?
Pero es política federal y pues a coordinarse para sacarle la mayor cobertura a esos programas diseñados desde el escritorio federal.
Por eso la funcionaria federal precisó «que entre los objetivos, estrategias, líneas de acción, indicadores y metas establecidas, se encuentra la integración de una sociedad con equidad, fortalecimiento del tejido social e igualdad de oportunidades, para lograr un mayor bienestar y una mejor calidad de vida de las familias».
Pero así no se puede: pasó hace dos sexenios y sigue en este.
Quiero decir que cada año se les da varo y siguen igual ¿Por qué?
O más bien ¿Por qué o para qué se les da dinero si en diez años –por ejemplo- de apoyos y demás, nada más no crecen y cuales críos de aves esperan el alimento en la boca.
Y ya la sabe: Subrayó que este convenio representa un claro ejemplo del compromiso y respaldo que el presidente de la República, Enrique Peña Nieto tiene con las comunidades indígenas, que mediante acciones focalizadas y prioritarias busca promover y consolidar un país con mejores oportunidades.
Tranquilamente podemos decir que eso no es cierto.
Esos programas deben diseñados desde cada entidad, y los delegados federales se mueven como «llámenme» para ver en qué podemos ayudar cuando es recurso se destina a un estado y son esos delegados los que con mucho no cumplen y causan que, mucho varo se regrese a Hacienda.
Y bueno, la funcionaria federal habló bonito: dijo que además de temas de infraestructura se apoyan diversos proyectos, productivos, ejemplo de ello es el que se brinda a diversas comunidades indígenas para el mejoramiento de la producción y comercialización del café, destacando que el 70 por ciento de este grano aromático que se produce a nivel nacional, proviene de regiones indígenas, que no quiere decir –ojo- que las tierras sean de ellos.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *