Natación artística: oro y perseverancia / Claudia Corichi

Los triunfos de atletas mexicanas en el extranjero resultan un estímulo para las generaciones de niñas y jóvenes que anhelan un futuro de gloria y éxito deportivo. La medalla de oro obtenida por la selección mexicana de natación artística en la Copa Mundial realizada en Egipto tiene un doble mérito por las adversidades que se les presentaron en el camino.

En abril conocimos que las integrantes de ese seleccionado recaudaban fondos para costear el viaje y los gastos de la estancia del torneo, mediante la venta de toallas y trajes de baño. De inmediato aparecieron la solidaridad y las muestras de apoyo para Regina, María Fernanda, Daniela, Itzamary, Glenda, Luisa, Jessica y Pamela cuyas edades van de los 20 a los 30 años, que desde niñas son apasionadas de esa modalidad de nado y que soñaban con participar en la justa.

El equipo obtuvo recursos y viajó el 8 de mayo a la sede de la competencia y cinco días después subió al podio, un suceso histórico para el deporte mexicano no sólo por obtener la dorada presea, sino porque superó a los combinados de Italia y Francia gracias a la dificultad de rutina y a su ejecución. Es cierto que la natación artística (llamada natación sincronizada hasta 2017) no es una disciplina de masas, por eso el empeño y la perseverancia de este grupo por alcanzar la meta y los inconvenientes para obtener financiamiento, convierten su triunfo en una gesta épica e inmensa para ellas y quienes les apoyaron siempre.

El presupuesto público siempre es limitado no es algo nuevo, lo es más para el deporte. Para 2023 la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) ejerce un gasto de 2 mil 500 millones de pesos, incluyendo las más de cincuenta federaciones deportivas. El deporte español cuenta con el equivalente a unos 5 mil millones de pesos.

Se estima que en México hay unos 40 millones de niñas, niños y adolescentes para quienes se hace necesario ampliar y mejorar los espacios deportivos y de recreación, tan necesarios para prevenir el consumo de sustancias psicoactivas. Las becas y los estímulos económicos para jóvenes promesas hacen la diferencia entre los países con excelencia deportiva y el resto.

Capitaneadas por las atletas olímpicas Nuria Diosdado y Joana Jiménez, quienes lograron el doceavo lugar en Tokio en natación artística, las medallistas están de vuelta en nuestro país con un triunfo que seguramente ha redoblado su espíritu competitivo, que les fortalece anímicamente y las coloca como favoritas para participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe que tendrán lugar próximamente en El Salvador y el Mundial de Natación en Japón. Les deseamos éxito en sus próximas competencias.

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