Comparaciones / Rodrigo Ramn Aquino

Desde el inicio del actual proceso electoral local, en la capital chiapaneca se han hecho todo tipo de comparaciones entre los candidatos que, según la mayoría de los sondeos de opinión —ciertos, pagados o inflados—, encabezan las preferencias electorales.
Sin pretender omitir a los demás contendientes, cada uno y una hace lo que puede, para las siguientes comparaciones me detendré en Fernando Castellanos y Francisco Rojas Toledo por el simple hecho de que son de los que más se habla en redes sociales como en la calle (haga la prueba rápida preguntando a un o una chofer por quién votará, la respuesta en un 80 por ciento favorecerá a cualquiera de estos dos).
Lo primero que se recordó fue lo del Pacobono (incentivo económico de fin de gestión municipal que aunque no bien visto por la opinión pública no dejó de ser legal al ser aprobado por Cabildo), pronto se evocó entonces la detención de Castellanos en el aeropuerto, con diez veces más dinero y con menos justificantes.
No obstante ser escándalos mediáticos ambos, el efecto causado en el respetable no fue el mismo. Quizá fue el monto o la forma, pero a Castellanos le llovieron más fuertemente las críticas y Pacobono se convirtió de un día a otro en Pacobonito.
Había que hacer algo y llámele «suerte» de los verdes pero a Rojas le destaparon a nivel nacional un videoescándalo marca «Bejarano, dejaste escuela», y por poco se queda sin la candidatura azul. Ahora sí, en cuanto a chanchullos de paga quedaron iguales ante la ciudadanía.
Pero acostumbrados a que nuestros políticos roben pero poquito, ninguno de los dos casos fue suficiente para evitar que se vistieran de candidatos. Ya en campaña se les volvió a comparar, ahora la juventud contra la experiencia.
Si bien ser el más joven en todo le funcionó al actual gobernador Manuel Velasco; con Fernando, y luego de la efímera existencia política de Yassir Vázquez, la fórmula no dio los mismos resultados. Había que apuntalar al del divino tesoro, como dice el poeta, y vender también experiencia, uno de los principales valores que la candidatura azul presumía.
Para solucionarlo, incluyeron en la planilla verde plagada de pseudoactivistas a dos expresidentes municipales capitalinos: Victoria Rincón y Felipe Granda, ambos con querientes y detractores, pero eso sí, con el suficiente capital político para fortalecer el proyecto «del muchacho de buenas ideas». Esta acción que fue bien recibida se complementó con las ideas surgidas de los foros ciudadanos que realizan.
Dadas estas circunstancias, Paco sumó a un peso completo: Enoch Araujo, también expresidente capitalino panista. Las condiciones, pues, volvieron a estar parejas.
Pero había un lastre insorteable para Rojas, la falta de unión familiar, que contrastaba con la que bien vende Castellanos al lado de su esposa e hijos y que se refuerza con el entusiasmo de su compañera en campaña.
Paco el broncudo, Paco el celoso, Paco el misógino habían sido sinónimos construidos para menguar su imagen y vaya que lo afectaron… Hasta ayer.
En una demostración de unidad, la dirigencia del partido azul, junto a las diputadas Gloria Luna Ruiz y Mirna Camacho Pedrero, manifestaron apoyo decidido a su candidato.
Apoyo al que se le estaba haciendo tarde, lo dicho por Mirna Camacho, de que Paco es un buen hombre, honrado y trabajador, pero sobre todo buen gobernante, le quita la loza al pípila azul que aparentemente está cerca de prenderle fuego a la que para muchos es la Alhóndiga oficial.
Nos guste o no, todo apunta a un cierre de fotografía. La carrera está en la recta final y nosotros ansiosos espectadores.

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