Comentando la noticia / Alfonso Carbonell Chavez

Ni a cuál irle

Como se veía venir y no se necesitaba ser pitonisa para advertirlo, que en las conferencias «mañaneras» que convoca a representantes de medios de comunicación de todos los signos y corrientes, en varios temas como de género o la libertad de expresión, los cuestionamientos al presidente no pocas veces se han deslizado –sospechosamente- con señalamientos directos de la falta de políticas públicas decía, sobre de éstos o cualesquiera otros temas. Insisto bajo el sospechosísmo de preguntas de ciertos reporteros y reporteras e igual de ciertos medios plenamente identificados (léase televisa, imagen, radio fórmula y diversos sitios digitales), y no pocas veces con verdadera falta de respeto al presidente, cumplen a pie juntillas las instrucciones de sus casas editoriales que resultan –insisto- plenamente identificables, refiriéndose provocadoramente cuando preguntan, por ejemplo: ¿presidente usted y su gobierno habían dicho que con la guardia nacional se iba a pacificar al país y no vemos ocurra? o ¿díganos para cuándo van a acabarse los feminicidios y garantizar que ninguna mejer vuelva a ser violentada en su hogar, su trabajo, escuela? Y aunque el presidente les explique con razonamientos que dan origen a la problemática y la propia complejidad del tema, insisten en acusar a su gobierno incluso a él, como si la violencia que se vive en el país hubiera aparecido por generación espontánea sin concederle, siquiera, estar atendiendo todos los días desde el primero de su gobierno, incluso atendiendo cada mañana mucho antes de asomar el alba conjuntamente con su gabinete de seguridad, empezando por recibir el parte de cómo amanece el país y qué acciones se están realizando para atajar la violencia y garantizar la tranquilidad social y la paz para todas y todos los mexicanos.

Y es de entender sobre todo cuando de voz del propio Andrés Manuel López Obrador, igual a cada mañana les refrenda a las y los ahí presentes como a los ciudadanos en general, su pleno derecho constitucional a decir lo que piensan como de no coartar, de parte de su gobierno, ninguna de sus libertades a manifestarse ni de libertad de expresión ¡de nadie! Porque como bien lo apunta, claro que hay diferencias y por ello el derecho a disentir está garantizado, aunque también ha sido vehemente incluso a veces rudo, cuando las circunstancias lo obligan a aclarar paradas sobre todo cuando ciertos medios o periodistas, publican en sus «ocho columnas» información falsa incluso difamatoria porque ya lo ha dicho y repetidamente, que la difamación cuando no mancha tizna. Como por ejemplo, el caso muy reciente en que el columnista Carlos Loret, publicó que el gobierno estaba comprando medicinas piratas. Y eso ¡ya calienta! Dice el tabasqueño.

Y por ello en un ejercicio circular de comunicación como las mañaneras, he externado mi opinión que deben reducirse a una semanal o incluso mensual, sobre todo porque sostengo, que la prensa en particular como la opinión pública en general y ambas a través de las benditas redes sociales, no entienden o no han alcanzado a comprender, es más ni saben, cómo procesar tanta información, por lo que muchos y muchas periodistas, han confundido la gimnasia con la magnesia decía mi padre. Es decir, acostumbrados a recibir sólo boletines oficiales o de plano suscribir execrables convenios publicitarios a cambio de emitir opiniones pagadas (¿o no Joaquín y Óscar Mario?), ahora que cada día y muy de mañana el mismísimo mandatario nacional no sólo les informe y responda sus preguntas, sino los recibe en Palacio Nacional que antes conocían en fotos o reportajes, no saben cómo procesar tanta información sobre todo de temas tan relevantes de los que se informan, como desde quien vende la gasolina más barata o cara en el país e igual los avances de grandes proyectos como las refinerías, el aeropuerto o de los programas sociales que llegan a millones de mexicanos sobre todo los más pobres. O como ahora el tema del Coronavirus de alcance mundial, se mantiene un despliegue informativo diario y eso tampoco se valora. Peor aún, generan pánico y hasta lo capitalizan sus adversarios.

Pero no trato aquí de encontrar justificaciones para que las mañaneras deban suspenderse o deban realizarse más espaciadas ya apunté, sobre todo por la trascendencia de los temas que informar pero más aún, en el goce al pleno derecho a la información de la población. O que deban ser más cortas o más largas o incluso como lo soslayo el presidente, también se hagan sábados y domingos ¡no! Lo que sí y es objeto de estos renglones torcidos, que en las mañaneras e insisto se veía venir, la confrontación entre los periodistas que asisten a cubrirlas ¡ya se hizo patente! e incluso, como ocurrió este miércoles y jueves, hubo acusaciones públicas ahí ante el propio presidente (¡qué necesidad!) se ventilaron diferencias como claras faltas de respeto. Incluso de retos y amenazas.

Leo a muchos aunque son los mismos y ni son tantos como presumen, y que por supuesto están en todo su derecho de pensarlo y de decirlo, pero creo que ya alcanzan niveles patológicos de extrema locura. Es increíble apunto, que sean los mismos que un día sí y los que les siguen también, destilen odio y veneno en contra del presidente y en general contra la 4t, pero a la vez, sean los mismos que se quejan de intolerancia y de ataques de quienes comulgan con el actual gobierno. Ah y entendiendo que en ambos «bandos» del razonamiento humano, existen quienes públicamente con nombres y apellidos, emiten su opinión en un sentido u otro de la realidad que observan o perciben. Pero también de un ejército de los llamados «bots o robots» pagados y programados para atacar a sus respectivos adversarios mediáticos. Incluso de manera virtual de bots contra robots que insisto, raya en la locura.

Pero como intitule estos comentarios, la verdad ni a cuales irles, porque si bien en un lado de la moneda se lee corrupción, pobreza, desigualdad y hartazgo social, en el otro hay quienes ven retroceso y crisis económica. En el primero se encuentran posiciones atendibles y razonables, incluso algunas alimentadas por el rencor social de años de abusos e injusticias que no perdonan, y se confrontan decía, a esas voces que atacan no una acción del actual gobierno, sino que de plano, no le reconocen ni el más mínimo avance en nada. Es más y de manera vergonzosa considero, abiertamente algunos se han pronunciado porque vuelvan las viejos gobiernos y claro supongo, las mismas prácticas como jugosos convenios publicitarios, tráfico de influencias y claro, la corrupción de la que antes, aunque sea salpicada, les mojaba.

Finalmente y por ser esta columna previa a la convocatoria nacional de «Un día sin mujeres» que movimientos feministas se manifestarán este próximo 9 de marzo, se espera paralizar al país en todo lo que las mujeres de todos los estratos sociales y todas las ideológicas y credos incluso las niñas y jóvenes, realizan día a día y que, de eso se trata, no irán a sus trabajos ni a la escuela con el objeto fundamental, de visualizar ante el propio gobierno como de la sociedad en general, del derecho inalienable de las mujeres a no ser violentadas en sus hogares, sus trabajos ni en las escuelas el transporte y las calles. Ahora sí que ¡ni una más!, que sea violentada ni violada ni asesinada. Nada más justo que exigir respeto a su vida y al derecho de ser libres y vivir en paz. Ojalá que las marchas que se tienen programadas para este lunes, no se vean manchadas por actos de violencia porque e insisto, desvirtuaría su real y sin duda justo reclamo de alto a la violencia. Tendrán que cuidar que grupos o personas externas se les vayan a infiltrar, porque ya sabemos de lo que son capaces los grupos radicales de derecha o de izquierda. ¡Ah! y que tampoco permitan que partidos ni personajes políticos o de ningún sindicato o cualquier otros oportunistas, se monten en el movimiento que lejos que encuentre resonancia y empatía, vaya a dañarse y con ello, decía, desvirtuar tan legítima convocatoria. Así entonces y volviendo al tema en cuestión; ¡Ni a cual irle! ¡Me queda claro!

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