A finales de la semana pasada me percaté que la actualización de la aplicación Twitter permite ahora hacer preguntas con hasta cuatro opciones de respuesta. Me pareció en ese momento una oportunidad para interactuar con seguidores y audiencia en general. Lo primero que se me ocurrió es hacer un ejercicio con los perfiles del PVEM más representativos, dado que son los que se encuentran en activo y pretenden dar el salto en su proyecto político.
De modo que la primera pregunta consistió en saber quién goza de mayor simpatía en las redes sociales (es decir, el que mejor cae. No se trataba del mejor preparado o del más capaz), evitando un poco así la pretensión de querer saber hoy, con un trienio previo, quién se perfila como el más competitivo candidato a la gubernatura de Chiapas en 2018.
La primera pregunta sometió a votación a Fernando Castellanos Cal y Mayor, presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez; a Luis Armando Melgar Bravo, senador de la república por Chiapas, y a Eduardo Ramírez Aguilar, presidente del Congreso del Estado. Juego al principio, la participación se tornó dinámica y llegaron a votar hasta cerca de 2 mil 500 usuarios. Ganó el alcalde capitalino, en segundo lugar el legislador local y en tercero, el federal.
No obstante el triunfo de Castellanos (tras una intensa confrontación de fans virtuales y ficticios), los portales pseudo-informativo afines y financiados por el presidente de Tuxtla (Minuto a minuto Chiapas y Monitor Chiapas), se volcaron en una serie de descalificaciones a mi persona, que fueron de la presunción de un ejercicio pagado a la burla discriminatoria de mis defectos físicos mediante el formato digital conocido como «meme».
Pecata minuta. Los editores de dichos espacios hace tiempo dilapidaron su capital periodístico y político. Hoy sólo venden los servicios de abusivos, golpeadores y troles virtuales de tiempo completo desde el presunto anonimato. Todos sabemos quiénes son y nadie de nosotros les cree nada.
Sólo un presidente municipal deslegitimado, perdedor y sin talento les cree y los contrata. Sólo un farsante (las obras que presume las hace el Ejecutivo estatal; la paga que regala los jueves ciudadanos —alrededor de 500 mil pesos— también vienen de Palacio y ni siquiera se entrega completo. Un alcalde que genera más dolores de cabeza que puntos a favor, sólo puede mantenerse en el puesto y con reflectores si sigue en el ánimo del que manda. Va a necesitar ese respaldo y confianza ahora que investigan a Arturo Escobar y Vega y que llamarán a declarar a sus presuntos cómplices.
Pero volviendo al asunto de las encuestas, en la segunda realizada, la correspondiente a los priistas, medimos lo cae bien de Sami David, Roberto Albores Gleason, José Antonio Aguilar Bodegas y Willy Ochoa. Ganó el senador y aún dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional y virtual candidato tricolor a la gubernatura; le siguió el diputado local crecido por la influencia beltronista y que también busca la posibilidad gubernamental, pero no le hace fiero a la senatorial, luego el titular de la Secam, y, en la colita, el que fue adversario de Pablo.
En la tercera encuesta (ya sé, no es el término más correcto, dado que sólo es una pregunta, pero así la denomina el propio Twitter), medimos la simpatía de los perredistas. Sometimos entonces a votación al dirigente estatal, César Espinosa; a la subsecretaria general del CEN, Alejandra Soriano; al Senador de Chiapas, Zoé Robledo, y al militante Fernel Gálvez (y que va ganando este último; por lo que Soriano acusó exceso de votación trol, lo que tampoco podemos descartar, pero tampoco asegurar).
Así, pues, los primeros ejercicios de medición que realizamos. Las redes sociales son plataformas que nos seguirán dando herramientas y nosotros seguiremos pensando en estrategias para brindarle más y mejores productos noticiosos. En este circuito periodístico hay buenos y malos y apelamos a su buen juicio para que logre discernirnos.
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