Pensar la Unicach / Rodrigo Ramn Aquino

Faltan horas para conocer quién encabezará el nuevo periodo rectoral en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Una institución con una enorme y admirable historia y un futuro ambicioso. Su crecimiento es inocultable. La gestión hecha por Roberto Domínguez Castellanos tiene más aciertos que errores, lo cual demuestra que no todos los políticos hacen mal su tarea al frente de las instituciones de educación pública. Si volteamos tantito atrás nos daremos cuenta que el timón unicachense ha tenido al frente a más de un intelectual y académico de prestigio, pero que, sobre el terreno de los hechos, su desempeño fue poco menos que gris. Hay políticos que suman y hay académicos que restan y viceversa.
Si consideramos que no hay fórmulas infalibles, de nueva cuenta el futuro de la universidad está en vilo. O se entra en un periodo de estancamiento o con habilidad se avanza en el camino de la consolidación. La elección del mejor proyecto para la universidad de entre los siete perfiles que compiten debe ser un amplio ejercicio reflexivo y crítico. Los miembros de la Junta de Gobierno de la Unicach deben asumirse como un juez autónomo, y el gobierno del estado, por lo menos, hacer como que respeta esa autonomía (de todos modos, quien quede, se verá obligado a tender los puentes necesarios por el bien de la comunidad universitaria).
Plácido Morales Vázquez, Rodolfo Calvo Fonseca, José Adriano Anaya, Sandra Moreno Andrade, Jorge Orozco Zuarth, Guilmar Sarmiento Gutiérrez y Roberto Domínguez Castellanos son los inscritos en el proceso interno. Quien pareciera con cierta ventaja dada su condición de aspirante a la re-reelección (sí con dos re), es Domínguez Castellanos. Mantiene buenas relaciones con el gran elector, pero su desgaste al interior de la universidad luego de dos periodos puede ser determinante. Su perfil es 100 por ciento político.
Le sigue, partiendo de la consideración de que el perfil idóneo es aquel que reúna en su persona una sólida formación académica y probada habilidad política y de gestión, es Plácido Morales Vázquez. A él le he escuchado decir: «La construcción de un rectorado es un trabajo de todos los días. Un rector no es una autoridad acabada, es una autoridad que cotidianamente se va forjando y formando en contacto con la base estudiantil, con los cuerpos docentes, con los investigadores, con el personal administrativo y con la sociedad, por supuesto. Porque la universidad es la que refracta y sobre la que repercute la realidad social». Su perfil es político con matices académicos.
El doctor José Adriano Anaya también ha reflexionado al respecto: «¿Qué pasó durante estos años, que los resultados de las universidades chiapanecas no mejoraron? No puede haber sólo una respuesta a esta interrogante, pero en general, las administraciones en las distintas universidades no impulsaron las reformas universitarias fundamentales para mejorar los procesos al interior de la instituciones, le apostaron al crecimiento de la oferta educativa en otros municipios sin consolidar la sede original y todos los proyectos de financiamiento de la SEP, fueron utilizados para construir edificios que evidenciaban una mejoría hacia el exterior». Su perfile es académico con matices políticos.
Siguiendo con la lógica planteada, debemos mencionar a Rodolfo Calvo Fonseca, cuya principal fortaleza es haber sido secretario general de la Unicach por poco más de tres años. Tiene conocimiento del manejo administrativo (lo que es muy lo suyo) y de las necesidades de la universidad. Eso no significa, desde luego, que las vaya a atender, porque si de trabajar se tratase, desde su actual posición pudo haber hecho más. En fin, en recientes entrevistas concedidas principalmente a medios digitales, ha declarado, por ejemplo: «Tenemos capacidad, nos hemos preparado y vamos a darle continuidad al excelente trabajo hecho por el ingeniero Roberto Domínguez, apostarle a la calidad educativa y al desarrollo humano.» Su perfil es empresarial con matices políticos.
Finalmente, por probabilidades y aclamación de algunos sectores de la comunidad universitaria, no podemos dejar de mencionar a la doctora Sandra Moreno Andrade, quien goza de amplísimo prestigio como académica e investigadora. Para muestra basta hacer una búsqueda rápida en internet y se pueden consultar una serie de trabajos a favor del medio ambiente. Es bióloga de formación y directora de la Escuela de Biología de la Unicach.
A este diagnóstico sumaremos un exhorto a la comunidad universitaria, a los universitarios en realidad, a que esta vez eviten ser azuzados y manifestarse con marchas. Las reglas son muy claras, es la Junta de Gobierno la que elige. No tienen voto, pero tienen voz y en un ejercicio democrático y de participación activa, pudieran manifestarse a favor de tal o cual perfil en una rueda de prensa o en un acto público pacífico. Dar a conocer su sentir de manera organizada y por los canales institucionales, podrá convertirse en un factor a considerar. No el único, insistimos, pero sí uno muy importante. No hagan caso, pues, a los tambores de guerra. Guerras que sólo benefician a unos cuantos.

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