La anorexia y bulimia matan: deberían considerarse enfermedades crónicas

La anorexia y la bulimia son las enfermedades mentales con mayor índice de mortalidad, incluso más que el suicidio, alertan expertos de la UNAM

Lucero Natarén / Aquínoticias

De acuerdo con expertos de la UNAM, la anorexia y bulimia son las enfermedades mentales con mayor índice de mortalidad, por encima del suicidio. Se estima que 1 de cada 5 personas que muere por estos trastornos de la conducta alimentaria se quitó la vida.

La investigadora del Laboratorio de Salud y Alimentación de la UNAM, Karla Edith González, indica que tanto la anorexia como la bulimia, deberían ser consideradas como enfermedades crónicas, “esto debido a que los síntomas no desaparecen totalmente. El 48 por ciento de quienes estuvieron en una intervención de trastornos de la conducta alimentaria tienen recaída de los síntomas”.

Cabe destacar que las consecuencias de estos dos trastornos son diversas, pero entre las más frecuentes se encuentran: anemia, debilidad muscular, osteoporosis, presión sanguínea baja, pero en largo plazo infertilidad, daño al corazón y cerebro e insuficiencia orgánica. Por otro lado, se debe prestar más atención a las mujeres adolescentes, pues tiene mayor incidencia en estas, además, los especialistas han comenzado a observar que también en menores de 5 años de edad.

En la conferencia “Conductas alimentarias de riesgo”, la también especialista de la Facultad de Psicología de la UNAM, dijo que la anorexia y bulimia, además de ser consideradas comportamientos que los individuos inician a temprana edad –adolescentes y jóvenes–, están basados, sobre todo, en el deseo de modificar la imagen corporal, en especial estar más delgados.

González explicó que una persona tiene anorexia cuando rechaza o restringe el consumo o ingesta de alimentos, o bien realiza conductas compensatorias como el consumo de laxantes o vómito autoinducido. Esto se manifiesta en un peso corporal por debajo de lo normal o esperado para su edad, y presenta una alteración de la percepción de su peso o silueta corporal. Mientras que en aquellas personas con bulimia, los criterios diagnósticos consideran que tienen una ingesta de alimentos en cantidad superior a la de cualquier otro individuo en periodos cortos de tiempo, o lo que se denomina “atracón”.

Esta conducta genera una sensación de pérdida de control de lo que comen. Además, el “atracón” está relacionado con sensaciones como sentirse desagradablemente lleno hasta el punto de desear vomitar.

Mencionó incluso que ante esto deben considerarse factores biológicos como la genética, el sobrepeso u obesidad, psicológicos como baja autoestima, depresión, insatisfacción corporal y la ansiedad, además de sociales, relacionados con críticas sobre la apariencia, bullying y presión de la sociedad para alcanzar el ideal de delgadez.

Es indispensable mencionar que hasta el 2017, en México, se reportaban 20 mil casos de la conducta alimentaria cada año, mientras que un estudio realizado en más de 200 países en 2019, exteriorizó que hubo 13.6 millones de personas que presentaron alguno de ellos.

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